Por Emili
J. Blasco | 7 Diciembre 2015
La
avalancha de votos contra el Gobierno hizo ineficaz el fraude que el chavismo
ejecutó al final de la jornada electoral. Las tensiones en el Ejército, cuyos
principales mandos manejaban las proyecciones de resultados que daban una clara
mayoría a la oposición, llevaron al ministro de Defensa a comparecer
públicamente para garantizar que no iba a ocurrir nada «en contra del proceso»
democrático. Los militares también enviaron mensajes de tranquilidad a la Casa
Blanca a través de un canal reservado. Horas después, el Consejo Nacional
Electoral concedió la victoria a la Mesa de la Unidad (MUD), otorgándole 99
diputados frente a 46 atribuidos al oficialismo (quedaban por repartir 22
escaños).
El retraso
del anuncio del resultado, al filo de la medianoche, se debió a disensiones
internas. Fuentes de Defensa explicaron que hubo un forcejeo con Diosdado
Cabello, presidente de la Asamblea Nacional saliente, que deseaba confrontar la
situación movilizando la Unidad de Batalla Chávez, la organización política de
los grupos paramilitares. Tras la comunicación del resultado por parte del CNE
compareció el presidente del país, Nicolás Maduro, para aceptar la derrota del
chavismo, que atribuyó a la «guerra» de las fuerzas capitalistas.
La tensión
comenzó a las 6 de la tarde, cuando de acuerdo con la ley electoral debían
cerrar los centros electorales. El CNE anunció que las puertas se mantendrían
abiertas durante una hora más (en ciertos lugares llegaron a ser dos). Ese
tiempo fue aprovechado por el chavismo para fabricar votos en aquellos
distritos donde con ciertos crecimientos podía arrebatar escaños, en centros
donde la oposición no podía controlar esa irregularidad. Así, dos testigos
opositores de un centro de Cabudare, en el estado de Lara, contaron que
militares del Plan República les apartaron de sus posiciones y les mantuvieron
incomunicados mientras chavistas traían a personas no pertenecientes a ese
centro para votar. La oposición aseguró que eso ocurrió en unos doscientos
lugares.
El hecho de
que el voto opositor se movilizara desde horas tempranas, siguiendo las
consignas de la MUD, permitió al chavismo saber cuánto voto debía movilizar por
su parte y dónde. El despliegue chavista comenzó a partir de las 2 de la tarde.
La movilización chavista tardía también permitía salvar un problema que se había
registrado por la mañana. Cambios en el software del sistema electoral
provocaron inicialmente mucho voto nulo, pues las modificaciones, por error,
exigían realizar los pasos del proceso de votación con mayor lentitud de la
habitual. Por la tarde el problema se había resuelto.
Hacia las 6
de la tarde, los militares del Comando Estratégico Operacional conocían las
estimaciones de las encuestas a pie de urna, que eran coincidentes en dar por
ganadora a la oposición, de entrada con más de noventa escaños. Pero desde el
núcleo duro chavista –el comando de campaña y el palacio presidencial– se
aseguraba confidencialmente que el resultado era 83-84, con ventaja para el
Gobierno. Estaba claro que se estaba produciendo un pulso, que el núcleo duro
quería consolidar en su favor con una hora extra de voto irregular. Pero la
avalancha del voto por el cambio y la alta participación registrada (más del 70
por ciento) dejaba poco espacio de censo para generar votos nuevos. Finalmente,
la intervención del Alto Mando militar impidió una huida hacia delante.
El ministro
de Defensa, Vladimir Padrino López, compareció arropado por el resto de
miembros del Comando Estratégico Operacional, «obligado por los rumores» que
circulaban sobre la puesta en marcha del fraude electoral. «No hay nada que
esté en contra del proceso», afirmó. El ministro anunció que no se admitirían
manifestaciones callejeras en un plazo de 24 horas. Eso debía impedir la
actividad de grupos armados chavistas que salieran a la calle para protestar
por la victoria opositora.
Fuente:
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html
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