Por Douglas Salazar | 21 Diciembre 2015
Como es costumbre en las últimas décadas, la dictadura cubana se ha dedicado a tomar el control de las instancias de inteligencia y seguridad de algunos países en América Latina. Lo lograron en Venezuela y Honduras, y posiblemente han avanzado en Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Ante esto debemos cuestionarnos la casualidad que después de la gira del presidente (con minúscula) Luis Guillermo Solís a Cuba, el Gobierno de Costa Rica decida no dar más visas a nuevos migrantes cubanos. En este sentido, la suspensión de la participación de Costa Rica en las instancias políticas del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) puede analizarse como una cortina de humo para justificar dichas acciones y no revelar el verdadero origen de tal decisión, que podría ser una entenderse como tomada desde la Habana.
Con un gobierno que se acostumbró a mentir incluso antes de serlo, es que debemos estudiar con cuidado esta coincidencia. Existen diferentes formas de llegar al poder y los Castro lo han hecho en algunos países de América Latina sin pedir un solo voto ni realizar una invasión o golpe de Estado.
No queda claro el porqué se le cierra las puertas a los cubanos que huyen de una dictadura en su país y le permitimos el paso a miles de nicaragüenses que año con año ingresan a nuestro país, y peor aún el intento de ingresar personas de aparente nacionalidad siria sin visa ni estudios de inteligencia sobre sus antecedentes. No existe forma razonable de justificar ambas acciones.
La política exterior de un país depende de varios factores, uno de ellos de la personalidad de quienes toman decisiones o son cercanos a ellos, y en este sentido debemos recordar al exguerrillero y mano derecha del presidente Luis Guillermo Solís, quien dirige la Dirección de Inteligencia y Seguridad de Costa Rica (DIS). Este aspecto podría pesar en la decisión migratoria contra los cubanos en Costa Rica e incluso el pensamiento del propio presidente.
El problema central de esta crisis migratoria de los cubanos en nuestro país tiene origen en Cuba, son personas que huyen de una dictadura y un sistema económico asfixiante que los ha tenido en la miseria durante décadas para mantener con lujos una dinastía que va de salida. El discurso populista e irracional de culpar a Estados Unidos por contar con una legislación que les brinda a los cubanos oportunidades de ingresar a ese país y realizar su vida en libertad, es la justificación que utilizan los gobiernos populistas de la región para tratar de encubrir el fracaso del modelo político y económico del comunismo cubano y del Socialismo del Siglo XXI en otros países de la región.
Los costarricenses debemos entonces preguntarnos si nuestras decisiones migratorias y de políticas exterior son, tomadas desde La Habana.
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