Editorial
de La Nación | 19 Enero 2016
- No hay estudios del mercado laboral ni de los
cargos donde el pago del incentivo se hace aconsejable. Basta un oficio del
jerarca para concederlo
- La dedicación eleva en un 20% el salario de
los bachilleres y en un 55% el de los licenciados
Una de las
características más notables de la maraña de beneficios concedidos al sector
privilegiado de la Administración Pública es la desvinculación entre el
incentivo y sus objetivos. Las anualidades deberían servir de estímulo para el
buen desempeño, pero, si se conceden a prácticamente todo el personal elegible,
sin una verdadera evaluación de las labores desplegadas, se convierten en un
regalo injustificado e incosteable.
Otro tanto
ocurre con la dedicación exclusiva, un arma para atraer talentos disputados por
el sector privado. El beneficio eleva en un 20% el salario de los bachilleres y
en un 55% el de los licenciados, así, sin más. No hay estudios del mercado
laboral ni de los cargos donde el pago se hace aconsejable. Basta un oficio del
jerarca para conceder la dedicación exclusiva.
El pago
tampoco se justifica como premio a la probidad. Si el profesional puede valerse
de su condición de funcionario público para ofrecer servicios privados, debe
abstenerse de hacerlo por razones éticas. Para eso se le paga el salario, no la
dedicación exclusiva. Lo mismo vale cuando la atención de asuntos ajenos a la
función pública puede distraerlo del cumplimiento de sus deberes.
La
dedicación exclusiva tampoco es un premio a los méritos académicos o a la
obtención de títulos universitarios. Es un medio de reclutamiento y retención
de profesionales con demanda fuera de la Administración Pública y difíciles de
sustituir en razón de sus conocimientos.
El caso
emblemático de la dedicación exclusiva pagada por los motivos equivocados es la
contratación del exdiputado libertario Peter Guevara como asesor parlamentario
entre el 2009 y el 2014. Guevara es arquitecto, pero no se le contrató por esa
razón. Su asesoría no tenía relación alguna con la arquitectura y al momento de
la contratación tenía 12 años de no ejercer la profesión. Nada de eso fue
obstáculo para pagarle dedicación exclusiva.
Para elevar
el nivel del absurdo, la dedicación exclusiva de Guevara no significaba la
obligación de dedicarse exclusivamente a la asesoría parlamentaria. En su
interpretación, el pago le impedía desempeñarse como arquitecto. Es decir, se
le pagaba por abstenerse de hacer lo que de todas formas no hacía. Como la
dirección administrativa y financiera de la televisora CB24 no implica ejercer
la arquitectura, el exlegislador asumió esas labores mientras cobraba
dedicación exclusiva en el Congreso.
El de
Guevara es un caso extremo, pero ilustrativo de los efectos perniciosos de la
dedicación exclusiva como se aplica en la actualidad. Como las anualidades, el
beneficio está muy extendido. Unos 50.000 de los 135.000 empleados del Gobierno
Central gozan de él. Por supuesto, no se trata de los funcionarios más
modestos. En el 2016, el presupuesto prevé ¢125.000 millones para pagar
dedicación exclusiva.
Las
autoridades de gobierno no saben decir por qué. Según José Francisco Pacheco,
viceministro de Egresos, “no hay estudios técnicos para determinar a cuántas
personas se les debería pagar dedicación o prohibición. El primer paso es
contar con el detalle de la cantidad de funcionarios que reciben la
compensación”.
Es decir,
no se cuenta siquiera con un inventario. Si el gobierno carece de una
información tan básica, menos sabrá si el beneficio cumple sus finalidades. El
dinero se presupuesta y se gasta sin ton ni son. El viceministro reconoce que
apenas están explorando la forma de controlarlo. Un primer intento es la
directriz girada por el Ministerio de Hacienda a los jerarcas institucionales
para exigirles un informe anual del número de beneficiados y la justificación
del incentivo, pero la situación fiscal del país exige soluciones más
inmediatas y confiables. Los informes anuales pueden, simplemente, ser
archivados.
Fuente:
http://www.nacion.com/opinion/editorial/Dedicacion-exclusiva_0_1537446242.html